Cuentos
Lo que sea que estes pasando, siempre estaremos aqui para ayudarte.
No importa cuánto bebiera, igual sentía un vacío.
Cuando busqué ayuda, me estaba matando con alcohol—o el alcohol me estaba matando.
Embotellé el dolor y el enojo hasta que ya no pude contenerlos más.
Me sentía abrumado y algo no estaba del todo bien.
Solo necesitaba alguien que me escuchara.
Cuando busqué ayuda, tenía problemas en la relación con mi mamá.
Nadie entendía cómo me identificaba.
Cuando busqué ayuda, estaba luchando por aceptar mi sexualidad.
Tenía miedo de lo que mi familia pudiera pensar.
Cuando busqué ayuda, estaba al borde del suicidio.
Mi rancho se hundía en deudas. Y yo me estaba ahogando.
Cuando busqué ayuda, el rancho familiar estaba en problemas y no veía una solución.
Mi bebé no estaba durmiendo y yo no podía sobrellevar los días.
Sabía que tener un hijo sería estresante.
Guardas el oscuro secreto. No dices nada. Los asuntos de familia no se cuentan.
Lo manejas todo tú solo.
Ella estaba en todas las fotos, pero en realidad no estaba allí.
Cuando busqué ayuda, la adicción de mi hermana la había apartado de nosotros.
No importa cuánto bebiera, igual sentía un vacío.
Cuando busqué ayuda, me estaba matando con alcohol—o el alcohol me estaba matando. Un familiar cercano acababa de fallecer y comencé a recurrir a la botella en busca de apoyo. Traté de convencerme de que tenía todo bajo control, pero en realidad las cosas cada vez se salían más de mi control. Una mañana me desperté después de haberme desmayado la noche anterior. Ni siquiera sabía dónde estaba. Todo lo que sabía era que necesitaba ayuda. Los Servicios de Crisis de Colorado me ayudaron a encontrar la rehabilitación y la consejería que me salvaron la vida, y también lo harán por ti. Así que búscalos y obtén la ayuda que ya te está esperando.
Embotellé el dolor y el enojo hasta que ya no pude contenerlos más.
Me sentía abrumado y algo no estaba del todo bien. Comencé a dar puñetazos a las paredes y sabía que estaba siendo irracional. Necesité ayuda durante mucho tiempo, pero no quería hablar con nadie porque tenía miedo de que me juzgaran. Estaba convencido de que me llamarían loco. Luché con llevar mi carga de problemas durante años. Pero cuando llegó mi crisis, supe que no podría continuar si no recibía ayuda. No puedes tener miedo de hacer la llamada porque esa llamada podría ser lo que te salve la vida. En los Servicios de Crisis de Colorado no te juzgan. Son el lugar donde te pueden ayudar. Y te entienden.
Solo necesitaba alguien que me escuchara.
Cuando busqué ayuda, tenía problemas en la relación con mi mamá. Siempre había sido así. Discutíamos. Gritábamos. Peleábamos. Casi nunca me entendía o estaba de acuerdo conmigo, pero al menos siempre me había escuchado. Ahora ya no lo hacía. De repente, la única persona con la que siempre había podido hablar, ya no me hablaba. Y me di cuenta que de lo que realmente necesitaba hablar era de mi relación con ella. Así que llamé a los Servicios de Crisis de Colorado. Hablé por lo que pareció una eternidad, y me escucharon. Las cosas con mi mamá todavía no son perfectas, pero están mejorando. Y gracias a la ayuda que recibí de los Servicios de Crisis de Colorado, yo también estoy mejorando. Y si buscas ayuda, tú también puedes.
Nadie entendía cómo me identificaba.
Cuando busqué ayuda, estaba luchando por aceptar mi sexualidad. Desde mi niñez supe que era diferente. Más tarde descubrí que era asexual. Siempre experimenté aislamiento, soledad y una total incomprensión. El día que encontré los Servicios de Crisis de Colorado, estaba pasando por un fuerte episodio de depresión. Ellos me escucharon. Me aceptaron. Y me ayudaron a comenzar a encontrar una verdadera aceptación por parte de la persona que más importaba: yo. Los Servicios de Crisis de Colorado estuvieron ahí cuando los necesité. Y también lo estarán para ti.
Tenía miedo de lo que mi familia pudiera pensar.
Cuando busqué ayuda, estaba al borde del suicidio. Durante años luché contra la depresión. En mi cultura, la depresión es vista como algo que tienes que sacudirte o superar. Intenté tratarla solo con fuerza de voluntad, pero no estaba funcionando. Afortunadamente, llamar a los Servicios de Crisis de Colorado sí funcionó. La mujer con la que hablé me ayudó a no cometer un error realmente grave. Ella me salvó la vida esa noche, y me alegra que lo haya hecho. Todos necesitamos apoyo en algún momento. Lo que sea que estés pasando, con los Servicios de Crisis de Colorado no tienes que pasarlo solo.
Mi rancho se hundía en deudas. Y yo me estaba ahogando.
Cuando busqué ayuda, el rancho familiar estaba en problemas y no veía una solución. Cuando mi padre me lo entregó, nuestro rancho era próspero. Pero después de grandes inundaciones y la caída de los precios de los productos agrícolas, me sentí atrapado y mi ansiedad era imposible de superar. Estaba perdiendo $30,000 al mes y los pensamientos de suicidio me comenzaron a invadir. Un amigo me recomendó los Servicios de Crisis de Colorado, y ellos me ayudaron justo a tiempo. Gracias a los profesionales de los Servicios de Crisis de Colorado, logré ver mejores días. Y tú también puedes.
Mi bebé no estaba durmiendo y yo no podía sobrellevar los días.
Sabía que tener un hijo sería estresante. Estaba lista para eso, pero no para la sensación de que todo se estaba saliendo de control. El trabajo de mi esposo exigía largas horas, por lo que generalmente estaba sola. Me sentía abrumada, agotada más allá de lo imaginable y tenía muy poco apoyo. Aún peor, estaba empezando a resentirme con mi propio hijo, y ese sentimiento me aterrorizó. Cuando sentí que no podía más, finalmente llamé a los Servicios de Crisis de Colorado. Hablé con alguien que había pasado por una situación sorprendentemente similar a la mía, y me guió a través de los pasos adicionales para obtener ayuda. Esa simple llamada ha hecho una gran diferencia. Y también puede hacer una diferencia para ti.
Guardas el oscuro secreto. No dices nada. Los asuntos de familia no se cuentan.
Lo manejas todo tú solo. En el fondo, sabía que mi familia no podría enfrentar la vergüenza de conseguirme la ayuda que necesitaba. Veían mi lucha. Escuchaban mis lamentos y veían mis lágrimas día tras día. Y no importaba lo que hicieran, nada me ayudó. Sin embargo, la posibilidad de enfrentar la vergüenza de que otros supieran que yo estaba experimentando problemas de salud mental los paralizaba. Cuando la tristeza y la depresión se volvieron demasiado fuertes, pensé que el suicidio era la mejor solución. Pero, de alguna manera, encontré la voluntad de dar el primer paso para salvarme. Finalmente hablé con alguien que entendió totalmente mi dolor y me ayudó a iniciar mi viaje para enfrentarlo. Esa llamada telefónica me hizo tomar el control. Y lo hice por mi cuenta. Los Servicios de Crisis de Colorado me apoyaron cuando más lo necesitaba.
Ella estaba en todas las fotos, pero en realidad no estaba allí.
Cuando busqué ayuda, la adicción de mi hermana la había apartado de nosotros. Pasaba en su habitación la mayor parte del tiempo, y casi no la había visto en meses. Intenté decirle que me preocupaba, pero nunca me escuchó.
Después de una acalorada conversación sobre su adicción, comencé a buscar nuevas opciones de ayuda. Ahí fue cuando descubrí los Servicios de Crisis de Colorado. Me escucharon y me ayudaron a determinar los pasos que debía dar para finalmente poder ayudar a mi hermana. Gracias a los profesionales de los Servicios de Crisis de Colorado, mi familia está unida de nuevo. Y la tuya también puede.